1: Limpiar ventanas, cierres y persianas:
El polvo acumulado se convertirá en barro con las primeras lluvias o la humedad de la noche. Es mejor dejar estas zonas bien limpias para que esto no ocurra. La limpieza de persianas es una tarea un poco costosa y, en muchas circunstancias, hay que utilizar maquinaria y productos especializados.
2: Limpieza de alfombras y textiles:
Es un buen momento para lavar cortinas y eliminar el polvo y suciedad acumulado del otoño. Limpiar todos esos textiles que permanecen expuestos todo el año y que forman parte de nuestro día a día.
3: Terrazas, patios y zonas exteriores:
Aunque estas zonas pierdan protagonismo en los meses del invierno, su cuidado y mantenimiento debe ser regular. Barrer, limpiar y proteger las zonas expuestas al frío y la lluvia mantendrán en perfecto estado esta zona y evitarán la entrada de suciedad al interior.
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